Pamela Leigh Richards era la esposa feliz de David Icke hasta hace bien poco. Según declaraciones de esta, al Daily Mail, el popular investigador empezó a sospechar que ella era de sangre reptiliana y «estaba empezando a mutar su rostro», razón por la cual, decidió alejarse de ella hasta cortar la relación y pedir el divorcio tras 12 años de relación. La noticia se propagó, como era de esperar, como la pólvora, tanto en prensa británica como por Internet. Los titulares sensacionalistas volvieron a sacudir la credibilidad de Icke, haciéndole pasar otra vez, por un alucinado de mediana edad cada vez más loco.
Según Pamela, Icke empezó a gestar esa idea por el hecho de que ella era hija de un piloto de guerra y que además creció en varias bases militares estadounidenses, justamente donde el conspiracionista considera uno de los epicentros de control reptiliano del mundo.
Sólo hay que…
Ver la entrada original 225 palabras más
Deja un comentario